Cada embarazo es como un pequeño milagro, en el que el ciclo de la vida se reproduce en el interior del vientre materno durante nueve maravillosos meses, tiempo en el que de forma casi mágica, se desarrolla una “maquinaria” increíble
A lo largo de estos nueve meses, el diminuto óvulo fecundado va creciendo y conformando su estructura como ser humano, primero a través de la fase embriológica (abarca los tres primeros meses durante los cuales se forman los órganos y sistemas) y a partir del tercer mes de embarazo a través de la fase fetal (abarca los siguientes seis meses donde estos órganos y sistemas se desarrollan).
Durante este tiempo, el feto se encuentra relativamente protegido dentro del útero de la madre por la denominada “barrera placentaria” pero tal cosa no significa que el embrión pueda ver alterado su desarrollo debido a algún virus o fármaco ingerido por la madre que pueda atravesar dicha barrera.
Recordemos el desafortunado episodio de la Talidomina, medicamento utilizado en la década de los sesenta para tratar las nauseas durante el embarazo y que dio lugar a gravísimas malformaciones. Por casos como este es tan importante proteger al futuro bebé de productos tóxicos.
En la actualidad es por todos sabido que a las mujeres embarazadas no se les suele tratar con fármacos salvo en casos graves lo que muchas veces supone un cierto sufrimiento por parte de las madres ante patologías que de no ser por el embarazo se tratarían con una cierta normalidad con antinflamatorios o analgésicos como podría ser un dolor de oído o un dolor de muela.
Este sería uno de los motivos por los que durante el embarazo la Homeopatía puede, por su seguridad y eficacia, convertirse en la terapia elegida por parte de la madre, ya que los remedios homeopáticos están exentos de toxicidad y por tanto no presentan ningún riesgo tanto para la madre como para el futuro bebé, lo que representa una grandísima ventaja frente a los fármacos químicos convencionales.
Recordemos una vez más que aunque los tratamientos homeopáticos son personalizados, existen remedios como la Magnesia carbónica o el Hypericum para tratar las odontalgias, la Belladona o el Acónitum entre otros para el dolor de oídos, etc. que en la dilución correcta, actúan de forma segura y eficaz proporcionando un alivio casi inmediato.
En un artículo publicado recientemente, el doctor Dallarés comenta que durante el embarazo pueden surgir otras situaciones, que sin ser tan agudas también tienen un mal abordaje farmacológico convencional y describe alguna de estas situaciones.
Una bastante típica es el Prurito del embarazo debido a los cambios hormonales y a la adaptación de la piel. Consiste en el picor de la piel que aparece habitualmente a partir del quinto mes de gestación y que sin ser grave puede generar un verdadero sufrimiento para la futura mamá, ya que suele acentuarse por la noche, impidiendo así un adecuado y necesario descanso.
En este caso, remedios como el Sulphur o el Caladium pueden ayudar a resolver, sin efectos secundarios, la situación.
por parte de la madre, ya que los remedios homeopáticos están exentos de toxicidad
Podríamos señalar también los problemas digestivos durante el embarazo. Las náuseas, que suelen ser un fijo durante el primer trimestre del embarazo, llegando en ocasiones a ser muy molestas, remedios como Sepia e Ipeca pueden ser magníficos aliados terapéuticos a la hora de tratar las náuseas y los vómitos que tanto incomodan al principio del embarazo. La acidez, frecuente también durante el embarazo, suele responder muy bien al uso de remedios como Robinia o Iris Versicolor.
En artículos posteriores hablaremos de otras dolencias que suelen aparecer con cierta frecuencia durante el embarazo(ansiedad, depresión, insomnio, dolores musculares, etc.)y que podemos abordar desde este maravilloso método terapéutico que es la Homeopatía.